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Por Ernesto Herrera, Director General de Reforestamos México, Presidente del Comité Mesoamericano de Miembros de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y Miembro del Comité Directivo del Capítulo Centroamérica y México de ANDE
El pasado 20 de mayo Honduras reafirmó su compromiso climático a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Este acto marca su compromiso renovado con el Acuerdo de París de 2015, donde los líderes mundiales acordaron reducir el avance del cambio climático. Entre las propuestas planteadas por el Ministerio de Medio Ambiente y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) resalta la alta importancia de la colaboración intersectorial y responsabilidad compartida para lograr los objetivos ambientales.
Honduras reacciona bien a las señales globales. Se da cuenta de lo mucho que puede perder por el cambio climático y también de lo mucho que puede ganar al sentar las bases para que una naturaleza regenerada brinde soluciones climáticas. La situación de deforestación es grave, y por eso el compromiso del país es reducir el consumo de madera en un 39% para el 2030. No obstante, Honduras, como muchos países de Centro América, se enfrenta a problemas sistémicos como la pobreza, violencia, falta de oportunidades en zonas rurales, corrupción, los cuales complican sus compromisos medioambientales.
La lucha contra el cambio climático es una tarea multisectorial. Por tanto, el sector privado también tiene mucho que proponer. De acuerdo con el Mapeo de Ecosistema Emprendedor Rural de Honduras publicado por ANDE, se identifica que en Honduras todavía hace falta bastante innovación en materia de emprendedores social que impacten el medio ambiente, así como en la medición del impacto que tienen las empresas existentes.
Si Honduras quiere avanzar más rápido para fortalecer su desarrollo rural, generar oportunidades para detener la migración y crear paisajes más resilientes al cambio climático, Honduras debe firmar y ratificar el Acuerdo de Escazú que busca asegurar el acceso a la información, la participación y la protección de defensores ambientales en América Latina y el Caribe.
Al hacerlo, Honduras se vería obligada a crear las condiciones habilitadoras, no solo para transparentar su avance para cumplir con sus compromisos nacionalmente determinados (NDC), sino también podría facilitar la gobernanza y colaboración multisectorial para gestionar los territorios de manera más integrada y con ello, podría brindar mayor certidumbre a los inversionistas para el desarrollo de empresas rurales con visión regenerativa, con impacto positivo en el clima y la biodiversidad.
Esta opinión se publica en respuesta al artículo publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) el 21 de mayo de 2021.