Resumen
“La inversión de impacto es un fenómeno emergente que se ha posicionado dentro de la agenda de la innovación social de los países desarrollados y en vías de desarrollo. Surgió, como concepto, en 2007 cuando la fundación Rockefeller acuña el término impact investing, dando un cambio en la definición de algunos aspectos de la inversión socialmente responsable. Las inversiones de impacto pueden ser definidas como aquellas que: “…intencionalmente se dirigen a resolver problemas sociales o ambientales optimizando el riesgo y el rendimiento financiero, así como el impacto, a través de la medición de resultados de objetivos sociales, ambientales y financieros específicos”. (GSG, 2018).
Uno de los primeros esfuerzos globales que se realizaron fue el Social Impact Investment Task-force (SIIT), un grupo de colaboración internacional creado en 2013 bajo la presidencia del Reino Unido del G8. En 2014. Este grupo, después de una consulta a expertos del gobierno, sector privado y social de los países del G8, Australia y la Comisión Europea, generaron ocho recomendaciones, de alto nivel, mismas que se plasmaron en el reporte “Impact Investment: The Invisible Heart of Markets”, que involucra a todos los actores clave de la inversión de impacto.
Las recomendaciones reflejan las mejores prácticas a nivel global y establecen la agenda para que cualquier país logre un ecosistema de inversión de impacto próspero.”